Conectando con la Infancia: Claves para la Mediación del Patrimonio
PATRIMONIO
Autora: Ana Escobar - Gestora cultural y educadora
A propósito del pasado 24 de octubre en que se celebro el Día Internacional de las Bibliotecas.
En el campo de la mediación cultural, uno de los grandes desafíos es conectar con públicos diversos y con características únicas, lo que exige adaptar las formas de comunicar y hacer accesible el patrimonio.
Este reto cobra una dimensión especial al trabajar con infancias, quienes no solo merecen experiencias significativas que despierten su curiosidad, sino que también prioricen su derecho a acceder al patrimonio cultural de manera inclusiva y enriquecedora. La mediación, debe garantizar que puedan conocer, valorar y apropiarse de los bienes culturales que constituyen su identidad, promoviendo así su pleno desarrollo como ciudadanos.
El desafío de la mediación cultural para las infancias
El público infantil es uno de los que más frecuentan museos y centros culturales, especialmente en contextos escolares, pero sigue presentando desafíos particulares. Trabajar con niñas y niños requiere algo más que transmitir información: implica diseñar actividades específicas para su edad, usar lenguajes adecuados y crear experiencias que les permitan comprender el valor de nuestro patrimonio, no como una idea abstracta, sino como algo que realmente los representa y forma parte de su identidad.
En mi experiencia como mediadora y docente, uno de los mayores desafíos fue entender y adaptarme a la forma en que ellos perciben el mundo. Sus mentes, llenas de fantasía, historias y pequeños microcosmos, les ayudan a interpretar su entorno de una manera única que, a menudo, se contrapone a los objetivos formales de las actividades propuestas. Esta aparente desconexión me llevó a explorar nuevas formas de mediar y conectar con ellas.
Escucha activa y exploración de nuevos lenguajes
En mi búsqueda de soluciones, descubrí dos elementos clave que mejoraron mi capacidad de conectar con las infancias: la escucha activa y la literatura infantil. La primera no se limita a “oír” lo que los niños y niñas dicen, sino que implica involucrarse en sus conversaciones y tomarse el tiempo de conocer su realidad, sus gustos, miedos, y sueños. Este enfoque me permitió descubrir detalles importantes sobre su vida cotidiana: su pertenencia a grupos étnicos específicos, su acceso (o falta de acceso) a servicios culturales, las costumbres de sus familias, y sus intereses por el juego, el dibujo, y la naturaleza.
Con esta información, pude planificar un proyecto de aula adaptado a sus intereses y necesidades, lo cual generó una implicación genuina de todas y todos los participantes. Este enfoque me permitió transformar lo que podía haber sido una actividad estándar en una experiencia, de hecho, significativa.
La literatura infantil como recurso mediador
De esta forma, la literatura infantil, con su capacidad para abordar temas complejos de manera accesible, se convirtió en una herramienta fundamental. Cuando me faltaron las palabras para comunicar ideas o explicar ciertos temas, los libros supieron llenar esos espacios, facilitando momentos de intercambio únicos y significativos.
Recuerdo una actividad que realizamos con el libro Los secretos del cole de Éric Veillé*. Mientras leíamos, los niños compartían conmigo historias aterradoras sobre su propia escuela, imaginando rincones escondidos y secretos que solo ellos conocían. Estas experiencias de lectura no solo fomentaron la creatividad y la comunicación, sino que también nos conectaron en un nivel emocional que trascendía el simple acto de leer en grupo y reforzaron la pertenencia del grupo con el espacio que usualmente habitan explorandolo desde otras perspectivas.
La importancia de las bibliotecas y ludotecas en la mediación con infancias
Las bibliotecas y ludotecas ofrecen un refugio donde las infancias pueden descubrir una diversidad de historias y personajes, así como desarrollar su imaginación. A través de la literatura, los niños y niñas pueden enfrentar y comprender temas complejos como el miedo, la pérdida, la amistad, y la identidad. Los invito a acercarse a su biblioteca o ludoteca más cercana y explorar sus estantes. Estos espacios están llenos de libros que no solo entretienen, sino que también nutren la curiosidad y el sentido de pertenencia cultural de las infancias.
Reflexión final
La literatura infantil se ha consolidado como un recurso invaluable para la mediación cultural, especialmente cuando se trabaja con infancias. Los temas que aborda la literatura contemporánea para este público son cada vez más diversos y profundos, permitiendo tocar temas difíciles de manera sensible y adecuada. Invito a quienes trabajan en la mediación cultural a reflexionar sobre sus propias experiencias y a considerar cómo la escucha activa y el uso de nuevos lenguajes, como la literatura, pueden hacer de sus proyectos algo más inclusivo y significativos.
Que este Día Internacional de las Bibliotecas sea una oportunidad para valorar el rol que tienen estos espacios en la construcción de una sociedad donde el conocimiento y el patrimonio sean accesibles para todos y todas, comenzando por las infancias, quienes representan el futuro y, al mismo tiempo, el presente de nuestra identidad cultural.
*Sinopsis del libro: ¿De dónde vienen los profes? ¿Qué pasa en el cole cuando los niños se van a su casa? ¿Y en las vacaciones? ¿De qué están hechas las profes? Estas y más preguntas son resueltas finalmente en este libro, acercando a los niños a los más grandes secretos y aproximándolos desde nuevas perspectivas a este espacio tan amado (y odiado) por ellos.